No se entiende cómo hace poco tiempo se anunciaba el acuerdo entre “chuchos”, Ebrard y lopezobradoristas de mencionar a Alejandro Encinas como el casi seguro abanderado de las izquierdas para competir por la gubernatura en el Estado de México, ahora se da el anuncio por parte de la dirigencia del PRD de someter a consulta la decisión de ir o no en alianza con el PAN, lo que desató la ira del tabasqueño al grado de pedir licencia y de no querer saber nada de los que él considera traicionan los principios del partido del sol azteca.
La verdad es que la estrategia parecía haber tomado otro camino y de pronto regresan al punto de partida: Ebrard y la presidencia del PRD nacional impulsando alianzas y AMLO negándose a ellas a toda costa.
Lo que es cierto, es que Alejandro Encinas decidió quedarse, estrategia que da a pensar que López Obrador no se va del todo. Es bien sabido, que Encinas es un incondicional al proyecto “MORENA” y a su líder. El cálculo puede ser dejar que la consulta se dé y en caso de aprobarse la alianza, esperar que Alejandro Encinas sea nombrado el abanderado de dicha unión PRD-PAN; de ser así, AMLO mantiene coherencia de no apoyar “alianzas espurias” pero tendría a un incondicional con las posibilidades de ganar la tan ansiada gubernatura, es importante recordar la postura del tabasqueño en el caso Gabino Cué en Oaxaca y dadas las ventajas prácticas que una alianza de esta naturaleza ofrecen, no sería descabellado que la distancia que tomaría AMLO -en caso de tener a Encinas como candidato en la posible alianza- sería estratégica.
Si el escenario no le fuera favorable a Encinas para ser él el candidato aliancista, entonces anunciaría su ruptura; pero de tener la posibilidad de abanderar la alianza, argumentos tendría de sobra para justificar su candidatura. La explicación de fondo sería el poder, pero no esperemos oírlo de su boca.
López Obrador también declaró, que no es una ruptura con el PRD, que sólo se mantendrá a un lado hasta que este partido retome el rumbo, lo que para un mal pensado como yo sugiere que, consciente de la posibilidad real que tiene una alianza con el PAN de ganar el Gobierno mexiquense (y qué mejor que con Encinas como ungido), el momento para regresar y declarar que el PRD ya retomó el rumbo, será hasta después de las elecciones en el edomex e intentar de nuevo desde la plataforma del partido y el movimiento MORENA, retomar su campaña hacia 2012.
Falta ver que dice la consulta, pero sobre todo lo que diga Ebrard y su grupo de estrategas, que en este capítulo parece que están ganando terreno.
En otros círculos (partidos políticos y medios), hay quienes hacen fiesta y hasta celebran la honestidad y coherencia del ex candidato presidencial en una clara postura hipócrita, suponiendo que este giro beneficiará al PRI. Mientras que personajes de izquierda muy respetables ven con preocupación el lance, por lo apretado del cálculo y temiendo lo peor: hacerle el caldo gordo a Peña Nieto, queriéndolo o no. Más allá, hay quienes vaticinan que este podría ser el ocaso político de López Obrador, eso es muy aventurado.
Lo que es un hecho, es que las izquierdas mexicanas no necesitan conflictos con partidos de distinta naturaleza ideológica, con los que tienen entre ellos, son suficientes para desilusionar a millones de votantes que los ven o veían como una posibilidad para gobernar con éxito este país.
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