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domingo, 5 de diciembre de 2010

Aprender

Esta por terminar este año, y he aprendido demasiado, tanto que desearía olvidarlo. Aprendi el valor de tantas personas, sentimientos, objetos, etc. El valor de cosas tan sencillas como el respirar, como hablar, como sonreír.
Descubrí el valor de una palabra, que con otra suena mucho mejor, dos palabras importantes, sumamente importantes, y tan sencillas. Tan sencillas que jamas pudieron salir de mi boca.
El valor de una mirada, de un beso, de compañía, de poder querer a alguien. De poder escribir, de sentir la inspiración en tus manos, ese poder.
También, comprendi el valor de la amistad, de la lealtad, de la verdad. Calidad, no cantidad.
Aprendí tanto, que desearia olvidar. Cai en la realidad, que jamas pense que existiera, conoci la soledad desde otro punto de vista, conocí el verdadero llanto, la verdad. Conocí la pena, conoci la perdida, conocí el odio.
Conocí el odio de la forma mas profunda, de la forma mas cruel, conoci ese sentimiento tan cruel al alma, ta vil y escalofriante. Tuve otro sentimiento malo, sentí lastima, tanta lasmtima por tantas personas.
Conocí, crei, aprendi, creci con mis amigos, los verdaderos. Aprendí tantas cosas de ellos, en verdad tantas, que jamas deseo olvidar.
Conocí,cai,creci,llore,grite,odie,lastime, reí,falle,etc.
Creo, que de cierto modo, termine perdiéndolo todo. Por una u otra razon, asi fue.
Las cosas pasan por algo que aun no se, pero que con el tiempo no he logrado entender aun...

sábado, 4 de diciembre de 2010

Emociones en el tiempo


“Tiempo es una palabra
que empieza y que se acaba
que se bebe y se termina
que corre despacio y que pasa deprisa”.
—Jarabe de palo

La palabra temporal hace referencia a algo que no es eterno, que dura algún tiempo; al hecho que transcurre pero no trasciende. ¿Pero que pasé con los sentimientos? ¿Acaso las emociones no tienen temporalidad? Podríamos aceptar o rechazar esta idea, pero antes de responder hagamos memoria de nuestras experiencias en el pasado.

Y no me refiero a recordar cuando se aprende a andar en bici o tus primeras vacaciones con los amigos, sino a cuando hemos llegado a sentir que amamos a alguien con sólo unos pocos días de conocer a aquella persona, pero que después de un tiempo te das cuenta de que no. O cuando una amistad te traiciona y por un momento la llegas a odiar, pero después hablan y se soluciona perdonando. Aquella ocasión donde tu mascota desapareció y jamás volvió, que te ocasionó una depresión que superaste. Cuando eras pequeño y sentías miedo porque iba a salir un monstruo por debajo de la cama, que después te diste cuenta que no había nada. Y una última cuando te esfuerzas por conseguir cumplir una meta y te enojas al no obtenerla.

Estas emociones son las que los psicólogos definen como emociones temporales, es decir, emociones que duran un lapso de tiempo. ¿Y qué son las emociones? Según el gran diccionario enciclopédico visual, emoción es el estado de ánimo con conmoción orgánica provocado por sensaciones, ideas o recuerdos y que suele traducirse en gestos, actitudes u otras formas de expresión. Interpretando esta definición, se refiere al estado anímico reflejado en el cuerpo que nos provoca sentir o recordar.

Entonces, las emociones y el tiempo se ven ligados pero no siempre concuerdan. Porque muchas veces una emoción pasajera la queremos hacer duradera, la forzamos hasta que la deformamos. Es probable que el tiempo esté transcurriendo o que nosotros, las personas, simplemente lo inventemos para justificar nuestras acciones, pero por el momento ya está establecido el valor del tiempo y justamente está corriendo el reloj en este instante y si nos bloquemos para sentir seria como omitir la existencia del tiempo.

La temporalidad no es mala, simplemente es una maestra muy exigente que nos obliga a disfrutar la vida, a sentir y a no olvidarnos de lo que ya vivimos, porque el tiempo que transcurre en nuestras vidas no se mide en los años que llevamos vivos sino en el tiempo que llevamos disfrutando.

Así que si el tiempo nos ofrece la posibilidad de ser temporal, aquella oportunidad de no torturarnos con ser eternos o hacernos sentir eternamente. De ser así el mundo estaría en completo caos y seguramente ya no estaríamos en este tiempo.

Entonces, si el tiempo contiene una temporalidad al pasar rápidamente —pero es del mismo modo lento porque en el momento de sentir parece eterno— entonces sólo queda decir que el tiempo dura lo que tiempo debe de durar y que las emociones duran cuando el tiempo también siente.